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Reg. Tribunale Lecce n. 662 del 01.07.1997
Direttore responsabile: Dario Cillo


 
ortensie
 letizia battaglia
bella, libera e vera
 
"la liberté
n'a pas de prix,
 elle est extraordinaire
j'ai toujours pensé
que j'avais le droit de gérer ma liberté.
J'ai vécu toutes les années de ma vie avec cette idée"
 
 
1 d'octubre de 2003 Barcelona
 
LETIZIA BATTAGLIA: CRÓNICA VISUAL DE 20 AÑOS DE MAFIA

La fotógrafa siciliana elige Sonimagfoto para exponer, por primera vez, en España. Además pronunciará una conferencia sobre el sentido de su trabajo
En una macabra rutina que le obligaba a cubrir cuatro o cinco homicidios en un solo día para el diario palermitano L’Ora, Letizia Battaglia produjo, entre las décadas de los setenta y los noventa, algunas de las imágenes que han identificado a Sicilia y a la mafia en todo el mundo. Una parte de esta crónica visual de 20 años de mafia podrá verse, por primera vez en España, durante la celebración de Sonimagfoto. Del 1 al 5 de octubre, el salón de Fira de Barcelona acogerá en el espacio “Visual Art Gallery Olympus” algunas de las imágenes más representativas de la fotógrafa italiana. Asimismo, pronunciará una conferencia presentada por el director de PhotoEspaña, Alberto Anaut, con el fin de explicar al público el sentido de su trabajo y su compromiso con Palermo.

Entre 1978 y 1992 los sicarios de Cosa Nostra emprendieron una sangrienta cruzada contra aquellos representantes públicos que interferían en los asuntos de la mafia. Cayeron jefes de policía, de los carabinieri, procuradores, magistrados, políticos… Junto a esta extensa serie de asesinatos políticos, un nuevo clan dominante en la mafia siciliana, los corleoneses, inició paralelamente una guerra de mafia para eliminar a sus rivales. El resultado: un baño de sangre en el que cerca de un millar de personas murieron o desaparecieron.
En un momento en que la vida en Palermo parecía una tragedia sin fin, Letizia Battaglia –a pesar de recibir continuas amenazas–, se mantuvo firme en su particular combate a favor de la justicia, documentando en blanco y negro, con su cámara Leica, el horror de la mafia. De hecho, algunas de sus fotografías se utilizaron como pruebas en diversos juicios, como el celebrado contra Andreotti.

Battaglia fue jefa de fotografía del diario de izquierdas L’Ora de 1974 a 1990 y, por este motivo, estuvo presente en las escenas de los mayores crímenes cometidos en Palermo. En este período tomó centenares de fotos diarias. En total, acumuló 600.000 imágenes organizadas temáticamente en su archivo, muchas de las cuales sólo existen en negativo y pruebas de contacto.
Junto a estos reportajes de mafia, Letizia Battaglia también retrató la vida cotidiana de Palermo. Las numerosas fotografías de procesiones religiosas transmiten el sentido trágico de la vida de Sicilia, donde la muerte siempre está presente. El día de difuntos en la isla tiene la misma importancia que Navidad en otros países de Europa

Con los asesinos de los jueces Falcone y Borsellino, Letizia Battaglia terminó su actividad durante dos décadas en las que había fotografiado la escena de innumerables delitos. Sin embargo, su compromiso con Palermo seguía plenamente vigente como fotógrafa, editora, regidora del Ayuntamiento, asesora, diputada, activista ecologista, defensora de los derechos de la mujer y de la humanidad.
En Palermo, Letizia Battaglia es todo un símbolo de coraje y lucha por la justicia y la libertad. Nacida en 1935 en la capital siciliana en el seno de una familia acomodada, vivió en varias ciudades italianas como Trieste o Nápoles ya que su padre era militar de la Marina. Letizia regresó a su ciudad natal con 10 años tras acabar la Segunda Guerra Mundial.

A los quince años se casó y pronto tuvo tres hijas. Sin embargo, Letizia se sentía atada en aquella vida. Para ella “la libertad es algo extraordinario e inconmesurable. Nadie puede obligarte a vivir de un modo que tú no quieras. Nadie. Yo siempre me he visto como una criatura libre, siempre he sentido que tengo derecho a la libertad”–asegura–.

En 1969 empezó a escribir para el diario L’Ora y dos años más tarde se separó de su marido y se marchó a Milán, entonces centro activo de política radical y vida cultural. Desde allí continuaba escribiendo para el diario palermitano como free-lance. Pronto se dio cuenta que vendía mejor sus artículos si éstos iban acompañados de fotografías. Gradualmente, Letizia va descubriendo que prefiere el fotoperiodismo, un género que le proporcionaba una mayor libertad expresiva. Letizia explica su relación con la fotografía: “Vivo a través de mi cámara fotográfica. Es un trozo de mi corazón, una extensión de mi intuición y mi sensibilidad”.
Cuando le ofrecieron la posibilidad de regresar a Palermo como jefa de fotografía en L’Ora no se lo pensó dos veces. En su ciudad se dedicó a denunciar las injusticias a través de la fotografía. Sus imágenes no se limitaban a ilustrar momentos de vida individual, hablaban de un mundo de relaciones violentas y a menudo injustas

En 1985 entró en política, elegida en las urnas representante en el ayuntamiento de Palermo del pequeño partido de los verdes. Poco después, junto a Leoluca Orlando, un democristiano “progresista y generoso”, los comunistas, católicos y ecologistas fundaron “la Rete”, un movimiento sin programa a largo plazo pero específicamente antimafioso. De 1985 a 1991, “la Rete” estuvo al frente del gobierno local de Palermo, una experiencia política conocida como “la primavera palermitana”. Letizia ejerció de asesora de habitabilidad urbana con el objetivo de recuperar barrios totalmente degradados (en Palermo, por ejemplo el agua corriente llegaba a las casas en días alternos). Letizia también formó parte de la candidatura de Orlando en 1993. La Rete obtuvo entonces el 75% de los sufragios. Battaglia siguió en política con diversos cargos en la Asamblea Regional Siciliana aunque vinculada al ayuntamiento. Dejó el consejo comunal en 1997 para encargarse de un programa de ayuda a los presos.

Letizia es, además, fundadora de la editorial “Edizioni della Battaglia” y colabora con diversos medios como “Mezzocielo”, una revista pensada y realizada por mujeres. En todos estos ámbitos, Letizia Battaglia ha demostrado que es una luchadora nata por la justicia. Barcelona, septiembre de 2003
 
 
 
 
25 febbraio 2003     "Sorelle"

I valori di libertà e di giustizia della gionalista e fotografa Letizia Battaglia, arrivano per la prima volta in Toscana.
Sorelle, fotografie di Letizia Battaglia, questo il titolo della mostra, organizzata dall’amministrazione comunale di Asciano in collaborazione con Risorse organizzazione eventi, la Coop. Biancane, il gruppo Donne Ida e con il patrocinio dell’amministrazione provinciale di Siena, che si svolgerà nella splendida chiesa di San Francesco di Asciano dall’8 marzo al 25 aprile, nell’ambito delle manifestazioni collegate al premio letterario Ideadonna 2003.
Sessanta immagini dove il femminile è protagonista indiscusso: donne, adolescenti, bambine, madri ritratte in questi scatti che testimoniano con la loro presenza, spesso silenziosa ma sempre intensa, la dura esistenza in Sicilia così come in altri luoghi del mondo. Negli atteggiamenti abituali, nelle espresioni remissive o fiere Letizia Battaglia ritrova le sue stesse emozioni, le stesse inquietudini, lo stesso ostinato attaccamento alla vita e alla libertà. Forti, drammatiche, dolci, queste immagini ci mostrano generazioni di donne, siciliane, africane, russe, arabe, come tante sorelle che la fotografa ha ritrovato in giro per il mondo. << Fotografavo qualsiasi evento - afferma Letizia Battaglia -Di colpo il mio archivio si è riempito di sangue. Un archivio di dolore, di disperazione. A dispetto di quell’orrore ho cercato di tenere viva un po’ di poesia dentro di me>>. Scatti che non raccontano solo momenti di vita, ma anche di violenza e di ingiustizie, realtà comuni da una parte all’altra del mondo. ....
 
Per la sua prima mostra in Toscana Letizia Battaglia ha selezionato una sessantina di immagini dove il femminile è protagonista; soggetti privilegiati nelle fotografie di Letizia, le donne, le adolescenti, le bambine, le madri ritratte in questi scatti testimoniano con la loro presenza, spesso silenziosa ma sempre intensa, la dura esistenza in Sicilia così come in altri luoghi del mondo; negli atteggiamenti abituali, nelle espressioni remissive o fiere Letizia ritrova le sue stesse emozioni, le stesse inquietudini, lo stesso ostinato attaccamento alla vita e alla libertà.
Forti, drammatiche, dolci, queste immagini ci mostrano generazioni di donne, siciliane, africane, russe, arabe, come tante sorelle che Letizia ha ritrovato in giro per il mondo.
Nei loro sguardi, spesso dritti all’obiettivo, nei loro gesti quotidiani possiamo scoprire le cose comuni e le sottili differenze nelle vite di donne in mondi diversi: foto che non raccontano solo momenti di vita , ma anche di violenza e di ingiustizie, realtà comuni da un capo all’altro della terra.

Letizia Battaglia: giornalista, fotografa, assessore, editore è prima di tutto una militante per la giustizia e la libertà. Come fotografa nel 1986 ha ottenuto il prestigioso Eugene Smith Award e nel 1999 The Mother Jones Achievement for Life.
Il suo lavoro è apprezzato a livello internazionale: ha esposto al Centre Pompidou ed al Centre National de la photographie di Parigi; poi a Montreal, Washington, Perpignan, Milano, Losanna, Palermo, Venezia e numerose altre città in Italia e all’estero.
Attualmente una sua personale è allestita ad Amsterdam.
Passione, giustizia, libertà oltre ad essere il titolo dell’ultimo libro sulla fotografia di Letizia Battaglia, sono tre parole che riassumono assai bene l’immagine di una donna che ha sempre cercato e difeso la propria indipendenza e quella degli altri, la libertà di desiderare: “ho sempre pensato a me stessa come a una creatura libera – afferma – ho vissuto tutti gli anni della mia vita con questa idea”.
Palermitana di nascita, da bambina si trasferisce con la famiglia dapprima a Napoli e poi a Trieste.
All’età di dieci anni torna a Palermo e subito si rende conto di quanto diversa sia la realtà della sua terra: “I miei genitori, come altri palermitani, temevano una società maschilista, dove una ragazza troppo libera avrebbe potuto vivere brutte esperienze […]Può darsi che fosse a causa della mia vivacità : ero una ragazza vitale, indipendente, che desiderava solo studiare e trovare la propria strada, e li spaventavo”.
Alla fine degli anni ’60 inizia a scrivere per il quotidiano palermitano “L’Ora”.
Nel 1971 si trasferisce con le tre piccole figlie a Milano dove collabora con altri quotidiani; si accorge che i suoi pezzi vengono meglio apprezzati quando sono corredati da delle foto; quindi comincia a fotografare, intuendo ben presto le grandi potenzialità di questo mezzo espressivo.
Da questo momento la fotografia diventa il suo principale interesse.
Torna a Palermo come direttore della redazione fotografica de “L’Ora”.
Da donna curiosa qual’ è non tralascia, comunque, la propria passione per la letteratura e per le arti: partecipa ad alcuni stages col teatro Grotowsky; questo incontro col “Teatro di Partecipazione” assume un forte significato anche per le sue esperienze successive.
Incontra Franco Zecchin, giovane fotografo, con il quale condividerà vita e battaglie per i successivi venti anni.
Assieme a Franco affronta a Palermo gli anni più duri della recrudescenza mafiosa; fotografano senza sosta attribuendo a questo lavoro una parte importante della loro militanza a favore della giustizia, contro la mafia.
Tuttavia il desiderio di giustizia e di libertà di Letizia, la sollecitavano anche ad un impegno verso i più deboli nella società; è in prima fila contro la droga e per la chiusura degli ospedali psichiatrici.
L’incontro con Josef Koudelka rappresenta un episodio assai importante nell’esperienza fotografica di Letizia Battaglia: “Josef portò nella nostra vita una vera disciplina del lavoro e visionava le nostre fotografie […] Nutro per lui un sincero rispetto, gli voglio bene e gli debbo molto.
Un’altra fotografa di cui ho ammirato i lavori e alla quale mi sono ispirata per un po’ è stata Diane Arbus […]sentivo nel profondo il suo dolore per il mondo”
Alla fine degli anni’80 Letizia è sempre più impegnata nella lotta contro la mentalità mafiosa, in uno dei periodi più duri per la società civile in Sicilia.
“Fotografavo qualsiasi evento. Di colpo il mio archivio si riempì di sangue. Un archivio di dolore, di disperazione […]A dispetto di tutto quell’orrore ho cercato di tenere viva un po’ di poesia dentro di me”.
Sulla spinta di un movimento popolare che si andava formando in quegli anni critici, prosegue la sua lotta, prima come consigliere comunale e poi come assessore regionale, in quella meravigliosa stagione nota come la Primavera di Palermo.
La sua passione per la letteratura la porta a dedicarsi anche all’editoria, fondando una casa editrice attraverso la quale continua la battaglia contro la criminalità e la corruzione.
Attualmente dirige la rivista Mezzocielo, fondata assieme ad altre donne, luogo di elaborazione e discussione di temi e argomenti cari al mondo femminile.

 

 
 
2002 Prize Winners: Photography

Passion, Justice, Freedom: Photographs of Sicily by Letizia Battaglia
Motivated by compassion and a profound sense of justice, Letizia Battaglia has risked her own life to fight for the life of Palermo, defending women’s and human rights and fighting for justice against the Mafia. This is a brave book which shows Letizia Battaglia’s courage as she seeks to liberate Palermo from the hold of the Mafia and to free Sicilian women from their oppressive society. ‘This work is in a tradition of crusading documentary that brings honour to the medium’ , said the judges. In Letizia Battaglia’s case this has meant an extraordinary amount of personal risk and an exceptional degree of involvement. She has fought as a Council woman for the same cause she has fought for in her photography,bringing the resources of the law and of the media to bear on the injustices and terrors of her society. The combination of text and pictures gives a much fuller sense of what this life work has meant.  >>  http://www.editor.net/k-k/prize2000.htm
 
 
 
 
 
Novembre 2001 Marseille
 
Du 26 novembre au 7 décembre à l’Institut Culturel Italien - Marseille
Letizia Battaglia a elle-même choisi les vingt clichés qui composent l’exposition. Connue en France grâce à 2 ouvrages consacrés à son travail “Chroniques siciliennes” et “Letizia Battaglia, passion, justice, liberté”, c’est la première fois qu’elle expose à Marseille
Femme photographe combattante
Lauréate du prestigieux W. Eugene Smith Award, infatigable militante anti-mafia, Letizia Battaglia marquera doublement les Rencontres 2001 de sa présence : elle interviendra au cours des débats et présentera une exposition à l’Institut Culturel Italien
Energie. C’est le mot qui vient immédiatement à l’esprit quand on évoque Letizia Battaglia, en tant que femme, artiste et citoyenne. Palermitaine jusqu’au bout des ongles. Tour à tour ou en même temps photographe, éditrice, mère de trois enfants, conseillère municipale, militante écologiste, féministe, amoureuse... Aucune dispersion vagabonde dans ces activités, aucun retournement de veste dans ses engagements. Au contraire ! La vie et l’oeuvre de Letizia Battaglia suivent une trajectoire qui n’a jamais déviée, centrée toute entière sur la Sicile, tendue tout entière vers la liberté. Une liberté chevillée au corps depuis l’enfance, et qui l’a poussée dans bien des combats : pour les femmes de son pays, opprimées par un machisme archaïque, pour les malades mentaux, condamnés au confinement, contre la peine de mort partout dans le monde, et surtout, surtout, contre la Mafia.
Depuis les années 70, elle traque de son objectif les méfaits sanglants de la Pieuvre, exposant à la face du monde sa cruauté et son abomination. Elle ne craint pas de montrer meurtres et cadavres dans des photos violentes qui agissent sur nous comme des révulsifs, loin de la fascination douteuse, du folklore frelaté distillés par le cinéma. Et elle montre aussi le corollaire obligé de ces crimes : les femmes qui pleurent et qui maudissent.
Personne mieux que Letizia Battaglia n’a saisi, comme ça, en un cliché, la férocité qui fait soudain irruption dans le tranquille quotidien. Les chaises sont encore sur le pas de la porte, les draps sèchent encore aux fenêtres et pourtant le cadavre est là, disloqué, dans sa mare de sang ...
Si ses photos sur la Mafia ont fait le tour du monde, “la” Battaglia s’est aussi beaucoup attachée à restituer l’âme profonde de la Sicile, acccordant, de l’enfance à la vieillesse, une place particulière à la femme. Ce qui frappe dans ses clichés, c’est tantôt la fierté des regards et la sensualité des corps, tantôt le pathétique des gestes. Ici, ce n’est plus la combattante qui photographie, mais la femme pétrie d’humanité, l’amoureuse du genre humain. Cela s’appelle l’empathie...
Joie et combat, Letizia Battaglia porte bien son nom. J.B L'autre Rive - Hors Série - Novembre 2001
 
 

 
26 marzo 2001 rai1 / il grillo
 

Il coinvolgimento del fotografo con il suo soggetto
La fotografia come testimonianza storica
Siti internet sul tema

La vita scorre davanti a noi in un flusso ininterrotto. Fissarne un frammento in un'immagine ci dà la possibilità di fermare il tempo e osservare quello che è avvenuto in un certo qui ed ora. Scrive il celebre fotografo Henry Cartier Bresson: "Di tutti i mezzi di espressione la fotografia è il solo che fissa un istante decisivo. Per noi fotografi ciò che sparisce sparisce per sempre. Da ciò la nostra angoscia, ma anche l'essenziale originalità del nostro mestiere". Quando venne scoperta, la fotografia fu accusata da alcuni artisti di essere uno strumento di rappresentazione preciso, ma esteriore, uno specchio fedele ma meccanico della realtà. Ben presto si riconobbe che anche la fotografia, visione di un occhio tra mille occhi è interpretazione e quindi, come ogni forma di rappresentazione artistica, espressione. Il fotografo cioè trasfigura sempre ciò che vede, anche quando il suo intento è quello di renderne testimonianza. Nei réportage del secolo passato i più grandi fotografi sono stati quelli che hanno fissato in un gesto la realtà della guerra o hanno colto in uno sguardo la povertà o l'amore. Un volto fissato dall'obiettivo in un preciso momento esprime più del volto che percepiamo distrattamente mentre camminiamo. Solo quando la fotografia rende testimonianza attraverso l'espressione essa può diventare una forma d'arte. Ma in che modo la rappresentazione fotografica della realtà può conciliare bellezza e racconto, creazione e verità?

STUDENTESSA: Quali sono gli aspetti più affascinanti di questo mestiere e come mai Lei ha scelto il  mestiere di fotoreporter tra i diversi modi di fare fotografia?
BATTAGLIA: Tanto per cominciare ho scelto di fare il mestiere di fotografa per guadagnarmi una libertà economica. Solo per questo. L'innamoramento, la passione, l'interesse per questo lavoro sono arrivati dopo. Ho iniziato a fare la fotografa per necessità.
Io adoro essere una fotografa, adoro i fotografi e adoro la fotografia.
La parte più affascinante del mio lavoro è che  riesco a prendermi il mondo ovunque io sia, me lo porto lì in quel pezzettino di frammento di pellicola, e lo porto con me, in quel fatto, quella storia, quella persona, quell'avvenimento. Faccio in modo che la vita di quell'immagine possa continuare, anche se essa fu immortalata dieci anni fa o  un giorno fa. Io ho questo documento in mano. È una cosa esaltante,  una cosa che mi rende ricca, che mi rende meno fragile, in rapporto al mio essere donna, al mio essere persona.

STUDENTE: Come può la fotografia, che è la raffigurazione di un attimo, di un istante decisivo, essere in grado di rappresentare anche intervalli di tempo più lunghi, riuscendo ad oltrepassare la categoria stessa della temporalità?
BATTAGLIA: Per rispondere alla Sua domanda partirei un po' più da lontano. Intanto non tutte le fotografie che un fotografo realizza sono importanti. Per riuscire a realizzare una buona fotografia, forse si può lavorare anche sei mesi, un anno, così come, forse, in un giorno se ne possono fare due  molto buone.  Quando scatti una foto ti vengono in aiuto tante cose: l'esperienza, la cultura, l'attenzione, l'amore, la passione, la pietà che si prova o l'innamoramento di cui si è già stati preda in quel momento per quella cosa che si sta fotografando. Poi segue un secondo momento, che è il momento della scelta, quando si decide di scegliere tra le varie foto già scattate in un'occasione o in un anno o in un giorno. Il fotografo ne sceglie una. Dice a sé stesso: "Questa è quella giusta. Mi rappresenta, e rappresenta quello che ho visto". Cos'è che mi affascina della fotografia? Che quando un fotografo ha lavorato tanto - e io guardo una sua fotografia - lo riconosco. Riconosco subito se si tratta di Cartier Bresson  o di Tina Modotti o altri fotografi, perché  si entra in simbiosi con la macchina, con la pellicola, con l'acido, con il tempo, con gli errori degli altri professionisti. Ma  ci si entra per intero, per raccontare qualcosa. Dopodiché quella foto può diventare qualcosa in grado di testimoniare, di documentare, ciò che sarà utile per raccontare un tempo quello che fu.

STUDENTESSA: A  proposito di questo, volevo chiederLe: noi sappiamo  che la fotografia è molto di più di un semplice scatto meccanico. Lei, in particolar modo, che tipo di rapporto emotivo, di coinvolgimento, stabilisce con l'oggetto da fotografare?
BATTAGLIA: Io sono una di quelle fotografe che sbagliano spesso il tipo di esposizione - insomma sono una che con la tecnica ha poco a che spartire - per cui scatto una foto ad una persona se, e solo se, quella persona mi piace. Dopodiché quella foto servirà a raccontare un pezzettino di me stessa. Io per esempio non fotografo quasi mai gli uomini. Chiedo scusa  agli uomini presenti. Io non li fotografo, non mi vengono bene. Fotografo di più le donne, perché io nelle donne ritrovo me stessa, in una ragazzina di dieci anni ritrovo chi ero io a dieci anni, con i miei sogni, il mio futuro, un futuro che volevo a tutti i costi meraviglioso,  come realizzazione di tutti i miei desideri, con la mia voglia di essere amata, di amare, di avere,  di costruirmi una vita. Ecco perché io sono molto coinvolta da quello che faccio quando fotografo. Proprio perché  mi lascio coinvolgere molto, da un punto di vista emotivo, nel mio lavoro, spesso sbaglio. Sbaglio esposizione, sbaglio inquadratura. Dopodiché quel che resta è pur sempre la foto che doveva raccontare quel fatto, che doveva raccontare il mio incontro con quella situazione, perché anche  se fotografo un albero  col paesaggio, io lo scelgo, fotografato in quel modo, perché il suo scopo era  raccontare la mia tristezza o il mio desiderio di pace, o di gioia. Avete capito? Per cui c'è sempre un rapporto emotivo. Detesto, scusate, il fotografo o la fotografa che pensano subito a: doppia pagina, questo su l'inserto di Repubblica, o su Life Magazine! Questa foto va in doppia pagina! Questa è la copertina, per cui la faccio verticale! Detesto tutti i carrierismi. Questo non vuol dire che non sia vero che  il fotografo debba pur vivere. Ecco perché uno scopo importante della sua professione è poter vendere le proprie fotografie e  quindi esserci, ovvero entrare in un museo, realizzare delle mostre personali, anche importanti. Il momento in cui si scatta deve essere nudo. Questo vuol dire che quella persona, quel contesto, quella scena, quell'oggetto, vanno cercati nudi, così come  quell'albero, quel fiore, quel bambino.

STUDENTESSA: Le vorrei chiedere: come fa un semplice scatto fotografico a diventare arte? Quando una fotografia diventa una fotografia artistica.
BATTAGLIA:  Grande domanda! Spesso si dice, per l'arte in generale, che se una bottiglia di latte entra dentro un museo diventa immediatamente un'opera d'arte. Perché, sapete, l'arte contemporanea fa uso di diversi mezzi per esprimersi e, sovente, non tutti si esprimono attraverso il pennello. Stiamo parlando di un contesto dove si mescolano molte cose. Quando diventa arte la fotografia ? Sicuramente io, quando ho iniziato e ho lavorato per tanti anni come fotografa non pensavo a  esprimere una forma di arte. Non pensavo a fare arte perché avevo un'urgenza enorme. Io vivo in Sicilia, una terra dove abbiamo avuto anni terribili, anni insanguinati, di dolore, di rabbia, di protesta, un popolo che è insorto e un popolo che è stato schiacciato. In quegli anni il mio mestiere era quello di documentare. Documentavo. Mentre mi guadagnavo il pane come fotografa  documentavo quello che stava avvenendo. In quegli anni l'arte era un lusso che non mi potevo permettere. Poi accadde che alcune fotografie vennero considerate buone anche dagli altri fotografi. Vennero considerate "buone", "artistiche" non lo so... e non lo so veramente! D'altra parte vi sono al mondo dei fotografi dilettanti che scattano fotografie meravigliose.  Io non so quando la fotografia diventa arte. Sicuramente dietro la propria attività deve esserci un pensiero. Una bella fotografia che racconta una "bella" cosa non è arte. Non è arte il bel bambino che ti guarda con occhi sognanti o la ragazza meravigliosa con i capelli al vento. Quella non è arte. Molto probabilmente l'arte deve possedere dietro di sé un pensiero, che non deve essere necessariamente politico, un pensiero che deve pur rappresentare un'idea legata al tempo in cui stiamo vivendo, il tempo dell'inquinamento, delle automobili, un tempo in cui ci sono i poveri, troppo poveri, e ci sono i ricchi, troppo ricchi. Avete capito? Una foto deve avere dietro a sé un pensiero, che può essere anche un pensiero effimero, ma deve pur sempre possederlo, per diventare arte. Lei potrebbe far diventare arte anche l'effimero, purché con queste fotografie riesca a dimostrare che era sua precisa intenzione raccontare l'effimero.  Tutto questo è molto complicato da spiegare perché io non sono una critica d'arte, però amo molto l'arte contemporanea e amo molto i fotografi e le fotografe. Mi piacciono molto, in particolare, le fotografe e, ancor di più, i lavori di fotografi americani. Negli Stati Uniti c'è una ragazza, per esempio, una fotografa, che si chiama Nan Golding. Aveva la Vostra età quando ha cominciato a scattare foto agli amici. Poiché aveva amici un po' punk, un po' sfasciati, drogati, disperati, per anni ha fatto fotografie che non servivano a nessuno. Lei era poverissima, poi qualcuno ha visto  queste fotografie e ha detto: "Ma queste sono foto che nessun'altro avrebbe potuto fare, perché lei, Nan Golding, era dentro il modo che descriveva". Lei c'era  mentre due ragazzini si amavano, mentre si bisticciavano, mentre erano nel bagno.  Lei scattava ovunque. Oggi il Whitney Museum of American Art, un museo di arte contemporanea americana di New York, un bellissimo museo che espone molte personali di fotografia, ha realizzato una mostra su un book delle sue  fotografie. Nan Golding, oggi, vende moltissimo, dopo essere stata poverissima per tutta la vita. Questo perché ella ha raccontato,  e lo ha fatto molto bene, dal di dentro, senza sapere niente di storia della fotografia, dell'arte, della composizione tutte quelle situazioni concrete. La Golding non sapeva niente di critica. Lei si chiama Nan Golding, e basta. Se vi capita in una libreria, in una galleria cercatela. Tutta gente un poco sfasciata, dei ragazzi coi capelli un poco pittati di qua, un poco pittati di là, rossi, verdi, pugni negli occhi, ragazze "contro" ... Insomma è una donna che ha documentato bene la ricerca fotografica sul mondo che ha voluto narrare. Oggi una sua fotografia si vende moltissimo, e con  "molto"  intendo proprio milioni. Pensate: la Golding non voleva fare arte. Però oggi è arte, perché è dentro un museo.

STUDENTESSA: Secondo Lei è più difficile cogliere l'espressione momentanea di una persona in una fotografia oppure rendere espressivo un oggetto inanimato.
BATTAGLIA: Non posso teorizzare. Io in genere fotografo persone, mi piace fotografare le persone e avvicinarmi molto. Per questo motivo uso un grand'angolo, che è un obiettivo che non prende una visuale di cinquanta millimetri, ma è, pur sempre, un obiettivo particolare.  Perché la foto venga bene, è necessario avvicinarsi molto.  Io sono una fotografa che s'avvicina molto, qualche volta  può anche finire che mi prendo un cazzotto. In realtà non me lo sono mai preso un cazzotto vero, però qualcosa  del genere, spesso, è avvenuto, perché  quando lavoro debbo avvicinarmi molto. Mi piace il fotogramma dove la cosa viene inquadrata da vicino. Però, da un po' di tempo a questa parte, sento il bisogno di fotografare non tanto degli oggetti,  quanto dei paesaggi,  come se andassi alla ricerca di un paesaggio dell'anima, magari della mia anima,  delle cose che ancora non sono riuscita a dire. Io sono conosciuta come una fotografa di reportage. So bene che per fare un reportage - e lo dovevo fare perché ero in Sicilia, lavoravo per un giornale che si chiamava L'Ora,  un quotidiano che ha avuto tante disavventure, proprio per la sua militanza contro le più efferate cose di Mafia - ci vuole molta pazienza, e la pazienza implica calma e io, personalmente, non ho ho avuto molto tempo per raccontare con calma. Questo è il mio progetto per il futuro: un paesaggio, ma con qualche piccolo essere umano all'interno. Contemporaneamente io ho bisogno, un enorme bisogno, di spazi aperti, proprio perché sono stata molto vicina alla gente, e la gente, per poter essere catturata in un obiettivo ha bisogno di grossi spazi aperti.

STUDENTE: Lei vorrei porre una domanda, alla quale forse Lei dovrebbe dare più risposte sull'etica del fotografo e su come questa viene a rapportarsi con l'etica del soggetto inquadrato.  In rapporto con un soggetto di particolare impatto emotivo, come potrebbe essere un cadavere, come si trasforma il Suo stato d'animo? Non Le pare di fare una violenza verso questo tipo di soggetto solo con l'inquadrarlo? Come pensa che il pubblico possa reagire alla scelta di un soggetto di questo tipo rispetto ad un altro per affrontare la visualizzazione di un certo problema d'attualità?
BATTAGLIA: Allora, esemplifichiamo una casistica tra le più comuni: poniamo il caso che Lei lavori per un quotidiano - sia esso La Repubblica, Il Corriere della Sera, o Il Manifesto, o L'Ora.  Il direttore del quotidiano la invia sul luogo di un delitto dandoLe l'ordine preciso: "Vada a fotografare quello che è avvenuto". Lei va, arriva sul luogo, le budella Le si torcono dalla nausea, (ricordo, per quanto mi riguarda, che l'odore del sangue non mi ha abbandonato mai più dalla prima volta che me lo trovai davanti), trova un povero essere straziato, umiliato, perché è stata violentemente stroncata la sua vita e, ciò nondimeno, deve fotografarlo. Perché si deve? Perché questo non riguarda solo il morto in questione! Lei come fotografo dovrebbe fotografare questo ed altro; dovrebbe fotografare la povertà, il dolore, i ricchi e i poveri e raccontare tutto questo al mondo. Il mondo deve sapere che la realtà esiste. Certamente, il soggetto in questione, il morto, non si può difendere dal suo obbiettivo! Questo è vero. Ma è pur vero che quest'immagine, l'immagine di un cadavere straziato, forse servirà a raccontare di un tempo in cui gli uomini furono barbari, una storia tra tante che servirà alla Storia. Ed è giusto, quindi, fotografare un bambino che muore di fame, con la pelle che gli cade dal corpo? È giusto, perché il mondo deve sapere. La cosa tragica è che poi il mondo si abitua a vedere queste immagini, con milioni di persone intenti a mangiare gli spaghetti mentre la televisione manda in onda anche cose peggiori. Questa è l'altra faccia della medaglia. Cosa fare per non permettere alle persone di abituarsi? Non lo so. So solo che il fotografo deve fotografare. Ma le debbo dire anche che l'etica non può essere rapportata soltanto al problema di un cadavere. L'etica è costantemente in rapporto a come ti avvicini, a come racconti le cose. Se in una singola foto non riesci a raccontare il tuo rispetto la tua rabbia per le cose che stai fotografando in quel momento, in una unica foto che uscirà, tu non potrai raccontare chi sei tu e perché fai questo, però poi, in un insieme di fotografie, quando tu ti fermi un attimo, dopo dieci anni di lavoro, e tu mostri, non solo il morto ammazzato, ma mostri anche la faccia di coloro che sono responsabili, allora tu capisci. Puoi usare la macchina fotografica come - la parola non mi piace, perché sono una pacifista -, ma la puoi usare come un'arma, un'arma dalla parte di coloro che ami, di coloro che sono, non voglio essere retorica, però dalla parte di quelli che hanno poco.

STUDENTE: Vorrei parlare con Lei della foto come mezzo di denuncia. Che cos'è?
BATTAGLIA: La foto può essere tante cose. Può essere un semplice ritratto, che fai a una giovane signora, con un filo di perle, elegante, che vuole ricordarsi così di quando avrà ottant'anni - ricorderà di quando ne aveva quaranta. Può essere questo, può essere denuncia, può essere documento, può essere arte, "arte" tra virgolette. Può essere tante cose, può essere anche scandalo. Ci sono molti fotografi, che guadagnano bene, che fanno scoop, aspettando un'attrice famosa per fotografarla assieme all'amante. Questo mi interessa poco. Non voglio stare a perdere la mia vita, ore, ad aspettare. Non so credo che la foto di Jacqueline Kennedy a seno nudo, Jacqueline Kennedy, per cui non so quanti anni fa, credo che sia costata sei mesi di appostamento di un fotografo appollaiato sempre su - no so, dico, ma non è così -, su un albero, mesi, perché poi guadagnano moltissimo, perché ci sono le stupidità di mercato, che una fotografia piccola viene pagata non lo so quanto, se volete Ve lo posso pure dire, mentre uno scoop viene pagato trecento milioni. Per cui ci sono fotografi sempre poveri. Ecco, questa è una cosa. I fotografi in genere sono poveri, perché fotografare costa molto. Le macchine fotografiche si rompono, i rullini costano tanto. Io non so chi di Voi fotografa, però costa tutto moltissimo. I giornali sono molto, molto poco attenti al lavoro vero dei fotografi.  Uno di Voi, va in India, fa cinquanta belle fotografie, te le guarda in un attimo: "Grazie poi ti richiameremo". perché hanno interesse per altre cose. Hanno interesse perché in copertina se ci metti la nuda o ci metti l'attrice funziona e vendono di più. Per cui la fotografia può essere usata per sciocchezze. Non sono una moralista, anzi sono molto aperta e tollerante, sono severa per altre cose.  La fotografia è qualcosa di stupendo, di eccezionale, che personalmente a me ha restituito la vita, che non mi piaceva più. In un periodo della mia vita io ho cominciato a fotografare e sono diventata una donna più sicura.  Per lo meno non ero più disperatamente insicura. E comunque così è la fotografia, ma può essere anche un altro lavoro, per me è stata la fotografia a darmi forza ed energia.

STUDENTE: La fotografia può avere il valore di testimonianza storica? E poi, inoltre, può rappresentare un'intera società?
BATTAGLIA: La storia ci racconta che le fotografie possono avere una testimonianza storica, le foto di Robert Capa sono testimonianza . Non so se siete informati dei grandi fotografi. Tina Modotti ha raccontato delle cose. La fotografia, anche anonima, può avere una grande testimonianza, può raccontare cose importantissime e farcele ricordare nel futuro. Una foto può essere un momento etico molto importante, dopo, perché ti può far ricordare certe cose e le documenta.

STUDENTE: Letizia, secondo Te, è più importante quello che si rappresenta in una foto oppure il modo in cui lo si rappresenta.
BATTAGLIA: Il modo è importante perché, come dicevo prima, la bella ragazza, bella - lei è bella, il vestito è bello, i fiori che ha intorno sono belli, il paesaggio dietro è bello -, non fanno la bella fotografia. È la composizione, è quel qualcosa che tu riesci a cogliere, in ..., in quel momento. Lei è un poco più spostata a destra o a sinistra. Capito? C'è qualcosa che tu metti dentro che rende la fotografia diversa dalla bellezza in sé, anche se tu vuoi fotografare un reportage di moda, vuoi fare un reportage di moda e dentro il reportage di moda puoi fare delle fotografie che dicono altro, che dicono quanto siete stupidi. Capito? Per cui quello che c'è dentro è come lo racconti. Per esempio, Vi racconto: una volta a Palermo  ci dissero di un bambino malato di cuore - poi il bambino morì, erano poverissimi. Siamo andati io e Franco Zecchin un altro fotografo. Siamo andati nella stessa casa. C'era una donna, che capimmo subito che era alcolizzata, bella, bella come può essere una bellezza disperata, povera, magra, con dei bambini intorno, di cui uno scimunito. E vicino c'era un uomo, con la faccia minacciosa, che era il marito. Era la situazione che lei aveva paura che lui la picchiasse, il bambino ammalato di cuore, lei alcolizzata. Una situazione terribile. Bene, io ho fatto una foto, semplice, non eccezionale, però lei aveva la lacrima qui. Franco Zecchin, l'altro fotografo, ha fatto una foto di insieme, comica. La situazione che veniva fuori, perché c'era il bambino  un po' scimunito, messo in una posa particolare  con tutti gli altri. Franco Zecchin, dalla stessa situazione, ha tratto argomento, non proprio di satira, ma che comunque faceva sorridere, era una miseria che faceva sorridere. Io che sono essenziale e forse un po' più banale ho tirato fuori il ritratto di questa donna con la lacrima. Per cui c'è un modo, ci sono vari modi di essere davanti alla vita. Se tutti Voi aveste una macchinetta in mano e andassimo, non so, sul lungomare,  Voi fareste una foto diversa, sicuramente, dall'angolazione. Ognuno di Voi vada per un'ora sul lungomare, da solo,  da questo metro a questo metro: "Fai quello che vuoi". Sicuramente ognuno farà quello che gli piace di più, quello che lo colpisce di più. È chiaro che si impara anche ad esprimersi. Non riesci a fare subito belle fotografie. Possono essere belle banalmente, però ci vuole un po' di tempo per riuscire a sentirsi contenti. Però in realtà poi non ci si sente mai contenti, non ci si sente mai soddisfatti delle fotografie che si fanno. Al momento, dici: "Potevo fare di più, potevo fare di più". Poi, dopo, dopo dieci anni, dici:" Ma guarda, questa foto non l'avevo stampata". Perché si fanno i provini, sapete, i negativi, poi si fanno i provini, per cui tu hai tante piccole foto che potete guardare senza stamparle tutte, perché se no sarebbe costosissimo. Dopo tanti anni vai a guardare quel provino e dici: "Ma io quella foto non l'ho stampata. Perché?". La ristampi e ritrovi.

STUDENTESSA: Salve Letizia io volevo sapere qual è la differenza tra la fotografia tradizionale, quindi su pellicola, e la fotografia digitale.
BATTAGLIA: Intanto prima di tutto dico che io ho sempre parlato, anche se non l'ho detto, di fotografie in bianco e nero, perché  non conosco il linguaggio della fotografia a colori.  E mi sembra che  la fotografia a colori ancora non abbia un suo vero linguaggio. Ma questo forse sicuramente è legato a me, perché non ho una grande esperienza. Tu mi domandavi della fotografia digitale. Partiamo  dal fatto che si possono fare buone fotografie con macchinette da diecimila lire o cinquanta, non so. Che puoi fare buone fotografie con una pellicola orribile, come fece Josef Koudelka, che viene considerato uno dei più grandi fotografi del mondo, che fotografò a Praga, l'arrivo dei Russi a Praga, con una pellicola cinematografica, perché non avevano pellicola di fotografia. E ha fatto delle foto che sono rimaste - dov'è - nella storia, le foto di Koudelka, Koudelca si dice, sì. Allora, si può fotografare senza cercare teleobiettivi, obiettivo corto, obiettivo lungo, lunghissimo. No. Qui puoi fare buone fotografie con la macchina tradizionale. Povera, ricca. L'importante è che ci metti cuore e testa messi insieme e le gambe per camminare. La macchina digitale, come si dice, non so neanche come si dice, la macchina digitale credo che non sia ancora arrivata con un certo tipo di qualità, la grana, l'emozione. Però è sicuro che bisogna sperimentarla, perché andiamo verso l' uso di queste macchine,  più facili sicuramente. Però io sono affezionata alla pellicola, alla vecchia macchina, la mia vecchia Leica M2, quarant'anni di vita. La digitale mi fa un po' paura. Però mi fa pure paura la lavatrice, quelle moderne, per cui mi fanno paura  le tecniche. Non lo so. Puoi fare cose belle con un filo d'ago - con un ago e un filo. Puoi fare cose belle con tutto. Digitale e non digitale. 

STUDENTE:  Riprendendo anche quello che hai detto prima; cosa ne pensi dei grandi fotografi che si prestano per azioni commerciali come gli ormai famosissimi calendari.
BATTAGLIA: Mica mi posso scandalizzare  per dei fotografi. Potrei scandalizzarmi di tutta la società che c'è intorno, che compra i calendari, chi si presta lì a mettersi come modello. Va bene loro guadagnano soldi? Nella vita puoi essere un commerciante o qualcuno che vuole altro. Fai  i calendari. Ma non voglio disprezzare. Ci sono anche foto belle, certe volte sono stupide e tutte sono noiose, e tutte ... Non lo so. Però, che Ti debbo dire? Posso parlare male mai dei miei colleghi fotografi? Certe volte ci sono stupidaggini, avvengono stupidaggini. Ma anche perché c'è un mercato purtroppo. Appena fanno calendari, li vendono subito. Quelli là hanno bisogno di pagare l'affitto, i fotografi, hanno bisogno di comprarsi le macchine. E sicuramente questi fotografi hanno delle belle fotografie da qualche altra parte.

Puntata registrata il  9 febbraio 2001

 
 
2 dicembre 2000  Palermo

Mostra di Letizia Battaglia,  Passione Giustizia Libertà.
Fotografie dalla Sicilia curata da Paolo Falcone e Melissa Harris ed organizzata dalla Fondazione Aperture di New York insieme con Frontiere-Arte e Linguaggi Contemporanei di Palermo.
 "Oggi - ha detto il Sindaco Leoluca Orlando - è con orgoglio, e gioia che inauguriamo la mostra fotografica di una grande artista palermitana. Una donna che ha combattuto con passione la battaglia contro il malaffare nella sua terra, portando la sua città in giro per il mondo; facendone conoscere gli aspetti più truculenti insieme con la grande voglia e la capacità di riscatto dei suoi cittadini onesti". "Passione, giustizia e libertà - ha dello l'Assessore alla Cultura, Giusto Catania - sono le parole chiave dell'impegno politico e professionale di Letizia Battaglia, una donna che, come artista, consigliere e assessore comunale, è stata testimone delle pagine più nere di Palermo e che per il trionfo della legalità, ha lottato schierandosi, in prima linea".

Letizia Battaglia
passione giustizia libertà - fotografie dalla sicilia
da Cultframe - Arti Visive e Comunicazione (www.cultframe.com)
http://www.cultframe.com/26/32/686/articoloa.asp 

Passione Giustizia Libertà – Fotografie dalla Sicilia è il titolo fortemente emblematico di questa mostra di Letizia Battaglia, che torna ad esporre nella sua città dopo sedici anni; e lo fa proprio ai Cantieri Culturali della Zisa, uno dei luoghi che meglio rappresentano l’attuale clima di rinascita di Palermo, al quale la fotografa ha attivamente contribuito.
Sono immagini forti, quelle di Letizia Battaglia, e ci colpiscono nel profondo. Raccontano la miseria sociale e culturale che ha imprigionato la sua isola, e il lungo assedio di Palermo da parte della mafia. Davanti ai nostri occhi si svolge il racconto di una battaglia per la libertà, fatta di umanità e di speranze di riscatto. Una lotta combattuta in prima linea da una donna siciliana con le armi della fotografia e della militanza politica.

Attualmente riconosciuta a livello internazionale come uno dei più importanti protagonisti della storia della fotografia del ventesimo secolo, e vincitrice nel 1985 dell’ambito "W. Eugene Smith Award", la Battaglia ha cominciato "tardi" e per caso, la sua attività di fotografa.
Nel 1974, dopo un’esperienza personale travagliata, all’insegna delle "normali" limitazioni inflitte ad una donna siciliana degli anni Sessanta, intraprende quella che diventerà una collaborazione ventennale con "L’Ora" di Palermo, per il quale scatta le sue prime immagini con l’intento di illustrare i propri articoli.
Questa lunga collaborazione, durante gli "anni di piombo" della mafia a Palermo, la porterà a sgomitare, fianco a fianco ai suoi colleghi uomini, sulla scena di ogni delitto di mafia per documentarne l’atrocità.
"Mi veniva da vomitare, continuavo a sentire l’odore del sangue dappertutto, anche a casa mia. Mi costava molto dolore. Non ero una fotografa che documentava un conflitto estraneo. Ero nella mia isola, in mezzo a una guerra civile… Dopo qualche tempo, però, mi accorsi che le mie foto non erano semplici immagini giornalistiche: documentavano fatti che stavano stravolgendo Palermo e la Sicilia, e potevano servire per attirare l’attenzione del mondo su quanto avveniva nell’isola".

Il mezzo fotografico è, per Letizia Battaglia, la propria vera voce, la voce di una donna del popolo, che risuona di toni accorati e partecipi dei drammi umani ritratti in queste immagini di un bianco e nero rigoroso; e ci coinvolge, ma senza scadere mai nel clamore degli avvenimenti. Talvolta ci richiama alla mente le immagini della Primavera di Praga di Koudelka, tal altra la compassione per l’umanità dolente di Diane Arbus; sempre ci rammenta la sua "Sicilianitudine", fatta di coraggio testardo e di indomabile vitalità: così alle immagini di morte fanno da contrappunto scene di vita quotidiana, che sembrano (e in parte sono) di altri tempi, e che ci restituiscono il sapore di una serenità semplice cui anela il popolo della sua terra, estenuato dai lunghi abusi del potere mafioso.

Rosa Maria Puglisi


"La comedia del arte".

A 64 ans la photographe de presse se ballade toujours dans les rues de Palerme, l'appareil en Bandoullière. Femme pressée, femme engagée, elle croise chaque jour les personnages de ses mises en scènes, au détour d'une ruelle, assis devant un café. L'ennui enbourgeoisé et les horreurs macabres de son île ont accouchées du talent photographique d'une femme trop longtemps prisonnière de sa prison dorée. Le courage menne toujour à la photographie. Nous connaissons 2 Letizia Battaglia, la première, aux photographies noires comme le deuil du sang versé, blanches comme le silence. La seconde c'est la photographe révèlant tout son côté naïf, au travers de photographies raffinées et champêtres. Quoi qu'on puisse en dire, ce livre qui rassemble 30 années de photographie, dévoile une Létizia à l'affus derrière l'objectif. Elle photographie ces veuves défiant la mort qui crient leur douleur à la face de l'indifférente Sicile, elle raconte la vie de ces familles rongées par la pauvreté. Ses archives sont remplies de mort, de honte, et de dignités retrouvées."Pendant des années j'ai fait de la photo en courant, le coeur battant", "je partais la trouille au vente". Elle organise alors, avec son compagnon et photographe F.Zecchin, des expositions ambulantes à travers toute la Sicile. "On installait nos pannaux, les places se vidaient. On savait que derrière les rideaux, les mafiosi locaux veillaient. De temps en temps, à notre passage dans une rue, une fenêtre s'ouvrait, une nappe blanche apparaissait brièvement, comme si quelqu'un secouait des miettes. Ailleur c'était un torchon blanc agité quelques secondes". Parce que Letizia Battaglia est une enfant du pays, ses photographies sont habillées d'une véritée crue sans faux semblants. Les hommes sont des ombres, les femmes, les enfants si fragiles.

Thierry Comparato

Bibliographie : " Letizia Battaglia: passion, justice, liberté" de Letizia Battaglia (© 1999 Actes Sud).Dossier de Cécile Thibaud dans L'Express N° 2521, Semaine du 28 octobre au 3 novembre 1999. ©2000, Tous droits réservés 2000 LETIZIA BATTAGLIA.


A cura di  Nadia Scardeoni

per  educazione alla legalità

di  Interlinea


 

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famiglia

letizia battaglia

letizia battaglia per strada

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